20130917

Aventuras de Rono vol. 3 [episodio 5-parte 1]

5. RONO TRASANDINO (I)

Rono estaba tranquilo, en paz, en armonía, en onda... y en Santiago de Chile, donde junto a cuatro de sus amigos se proponía asistir al recital de Bruce Springsteen, en un marco histórico para el pueblo chileno en especial. Y para los Carabineros, también.
Ahora bien, Rono bostezó y se estiró en la silla. Se encontraba en una especie de bar-launghe-resstto-putto, uno de esos lugares.
- Che, salgan. Salgan ya dále así nos vamos a beber antes del concierto no rompanlasbolasdále..
Aparentemente Rono hablaba solo, no había nadie sentado con él.
Se fastidió.
- ¡Negroo! -gritó, haciendo cuevita con las manos en la boca.
Un hombre, adulto, de contextura física atemorizante, se acercó a Rono. Era, por supuesto, de raza negra.
- ¿Qué has dicho? -preguntó el moreno, pero tranquilo, con buena onda como son ellos-.
Rono soltó un pequeño chorro de orín que formó una vistosa mancha en sus pantalones de bambula cuando lo vio. Era enorme:
- No no no, no..., pará, naaddaqueverr.. mi.. amigo, escribano, escribanooo.. Gantúz, le decimos negro, no es quee..
- Entonces has dicho negro...
- Bueeeno vostamb... negro, negro..., si es como, como decir, no sé, eh... aviónn...neta, avioneta. Es lo mismo...
- No es lo mismo. No me he enfadado -aclaró el africano- sólo le estoy señalando que a veces en público ciertas palabras hieren, o pueden resultar hirientes en todo caso, según las circunstancias, por supuesto, o el ámbito en que son pronunciadas así, y..
Rono se miró la muñeca...
-... los sentimientos -continuó el muy amabla y educado negro-, los sentimientos de personas que, debido a su color, o a su tono, digamos, de su piel, o su rostro... 
Rono se tapó las orejas, ya no le calentó el negro, ni el negro Gantúz, ni dónde estaban los otros dos... quería que el tipo parara de hablar pordios porque era impresionante ya...
Una mesera le hizo una seña a Rono. ël se acercó haciendo un montoncito con los dedos.
- ¿Usted venía con otros tres caballeros en un auto blanco? -le preguntó amable la chilena.
- ¿Adónde mierda están, dejenmé de romper las bolas, eh? y al perro que lo traigan a la carpa en la entrada. -contestó Rono, olvidándose ya de cualquier tipo de cortesía, educación... lamentable.
La chica observó al irritado Rono y no le dio demasiada importancia a su ofensivo comportamiento. Luego lo miró y le dijo:
- Salieron hace como una hora, ppó...

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