20130212

Aventuras de Rono vol. 3 [episodio 1]

1. HABLANDO DE ROMA

Ahora bien. Rono se encontraba en el aeropuerto de Bagdad esperando un taxi. No aparecía ninguno y ya comenzaba a fastidiarse como es su costumbre. Al minuto o dos apareció un bagdageño que tenía toda la cara tatuada con asteriscos. Raro, pensó Rono. Raro. El hombre manejaba una especie de rastrojero sin caja pero con elásticos... Rono -por curiosidad- se le acercó y le preguntó, en italiano: "túee.. conocche uno tassi pra ir a la piatzza cherca de acuí..". El individuo de los asteriscos en el rostro le indicó con exagerados ademanes que no, que yo no soy un guía ni un bombardero, que era un soldado y tenía 31 hijos y 17 mujeres, que no sabía italiano, que quién era él para preguntar así de prepo, que se fuera a la mierda...
Bueno. Rono frunció el ombligo y se dirigió de nuevo hacia el interior del aeropuerto... y ahí se sintió, ahí se sintió BUUUUUUUUUUUUUUUM...
Pero él, ya acostumbrado a este tipo de situaciones donde todo explota o se cae o se deforma, agarró su casco y su botella de cerveza caliente. Caminó hasta donde no caían escombros y se metió en un elevador de servicio del aeropuerto. Marcó el botón 8. Salió a una terraza y enseguida vio el helicóptero, corrió hacia el aparato ya en movimiento.
- Pará! Paráunpocoquemevoyconustedess... páren!!!
En el interior estaba el presidente del banco del Vaticano y un heladero de la localidad de jhássadakklianna, en Bagdad. Rono se sentó a su lado callado y observando todo, cada movimiento del aire, del cuerpo, de las hélices, del piso, de las pequeñas ventanillas que -notó con silenciosa pero histérica alarma- estaban abiertas un poco, se fijaba en los pilotos, en el viento que chiflaba afuera, en el rostro de los demás... en el zumbido de una abeja que se metió y no la pudieron sacar nunca y que al rato le picó a Rono en la ceja izquierda, laputamadre, cuándo no...
Ahora bien, los tripulantes hablaban en italiano y Rono no oía bien por el ruido, pero entendió algo, entendió algo, aunque no estaba seguro, no...
El Heladero sacó un bombón helado y se lo entregó a Rono, que desconfió enseguida, pero lo aceptó... y se le cayó en la falda.
- Laputaquemeparió...
- Non preocupare -dijo el heladero con la voz de Marlon Brando en El Padrino- Non preocupare.
- Ok. Lo que pasa que eran nuevos estos pantalones viste -rezongó Rono.
- Hay problemma pioree -el heladero miró al banquero y movió la cabeza en gesto de frustración y desasosiego- Hay un problema con este señor de Roma. El Papa ha renunciado, sé... Ha renunciado a su cargo por falta de cara, sé, sé...
- Quién, quién renunció? 
- Su Papa.
- Mi viejo?
- Nooo! el de la Roma...
- Ah -pareció entender al fin Rono- el padre de ese señor?
El heladero entrecerró los párpados.
- No! el Papa. Su Papa. Dío míooo...
- Bueno aclare hombre. Y de qué laburaba el viejo de él, eh? o es el padre del piloto el que me dice?
De pronto, un humo, un humo salió de la cabina. Era impresionante el humo. Rono sacó la cerveza y la agitó tapando el pico con el pulgar y luego roció a todo el mundo. Los pilotos enfurecidos y desconcertados lo miraron gravemente. El heladero volvió a mover la cabeza... y el presidente del banco del Vaticano dejó caer de sus empapados labios un empapado puro cubano que había encendido.
- Bueno, bueno, ehhh... -titubeó Rono- creí que algo se quemaba... y yo... bueno... esteee...

En contra de su voluntad lo consiguieron enroscar así nomás en un paracaídas y lo arrojaron de toque fuera del helicóptero. Cayó al vacío gritando: "nnnaraaanjaaaaaaaaaaaa..." 

Vaya uno a saber dónde caería ahora... y si lograría salir vivo de ésta.

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