2. DESPUÉS DEL BLACK OUT
Rono lentamente abre un ojo. Se siente vivo al menos. Algo pasó... cayó al vacío andá a saber dónde, luego todo es negro, un black out, no se sabe qué pasó... es un misterio, una página negra en la vida de Rono. Parece que existe un expediente de investigación sobre la causa y diferentes teorías que apresuran una pequeña luz, una luz para conocer qué sucedió durante el apagón total de Rono, quién lo salvó, etc.
Ahora está consciente y sabe, ya sabe que está en un hospital, que probablemente ya no vuelva a caminar, que se rompió entero, que lo mantienen vivo con una solución salina que le proporciona signos vitales, pero nadie es optimista y se considera que su estado es muy delicado, es muy difícil, es...
Una paloma entró por la ventana la pelotuda y giraba en el techo y se la ponía contra las paredes a veces, haciendo un quilombo, frrrflapfflappffrrrr...
- Laputaqueteparió -exclamó Rono saltando de la cama con una agilidad sorprendente. La paloma encontró la ventana de nuevo y le apuntó, atontada y en pánico, rebotó en el lado del vidrio y cayó al piso. Rono se observó y no tenía nada. Pero nada, ni un moretón. Se agachó y agarró el ave herida, la arrojó aleteando hacia afuera... y también le pifió a la abertura y la paloma volvió a chocar contra el vidrio. Rono insultó. Escuchó pasos y entró en desesperación, se quería esconder en algún sitio, un placard, un baño, un taxi...
Alguien abrió y entró a la habitación.
Pero Rono se había quedado inmóvil y sin respirar en una extraña pose, pretendiendo pasar por un adorno exótico, una estatua humana como obra de arte que representaría la existencia y...
Se encontraba cerca de la ventana y había quedado de espaldas a la persona que había entrado, asíque... esperó un rato así, sin moverse, escuchando... Pero a los 37 minutos ya no aguantaba más. El sudor le corría frío por el cuerpo, se había orinado, le picaba una ceja y no había escuchado ningún ruido ni nada. Casi 40 minutos sin moverse, ahí como un salame asumiendo que su plan no sería descubierto, haciendo de estatua, en un hospital desconocido, no sabía quien entró, la paloma se arrastraba como podía por el piso, qué puta estaba pasando pensaba Rono. Se dio vuelta, se tiró al piso, rodó un par de veces, y trató de quedar parado de nuevo... pero al haber estado tanto quieto, las piernas se le habían acalambrado, y no lo sostuvieron. El envión lo empujó de espaldas hacia la puerta y cayó de nuca en el pasillo, un corredor angosto y de paredes asmáticas.
- ¿Dónnndemierrrdastóy? -se preguntó.
Caminando, observando todo, buscaba salir de ahí. O averiguar mejor qué hacía él ahí...
De pronto, sin ninguna razón aparente, se volvió velozmente hacia la habitación. Entró, pasó un rato, segundos, y salió con enfado y un paso apresurado. El celular. Se lo había dejado en una mesita que había junto a la cama. Puteó y apretó los puños, con bronca, con incertidumbre, con impotencia, ignorancia, una ambulancia hizo sonar la sirena en algún lado, Rono no lo podría decir con seguridad. Y la seguridad justamente era un tema conflictivo para Rono, un punto muy débil en su confianza en sí mismo. De hecho, bueno, Rono posee 162 puntos débiles en total. El piensa que eso lo hace frágil y sensible. Pero todo el mundo sabe que lo deja como un débil e incapacitado ser muy inferior, carente de todo sentido,el común y uno con jamón y morrones, y que le resta mucho puntaje a su persona, así como también a su padrino. Si es que tiene uno.
Bajó unas sospechosamente familiares escaleras y salió expulsado por una puerta vaivén. Llevaba solo unos calzoncillos y una sola media, en la izquierda. Justo le entró un mensaje de texto. Con dedos temblorosos apretó la pantalla para abrirlo. Seguro que ese mensaje contenía algo, una pista, un número, un nombre, un color, una fruta, un país, una marca, y tutifruti...
¡PROMO TRIPLICATE! decía el texto.
Rono gritó involuntariamente y levantó el brazo para estrellar el aparato contra el piso. Pero algo lo detuvo.
La paloma. Rono la vio venirse arrastrando ya con una sola ala, dejando un delgado rastrillo de sangre por el piso. Estaba a casi 30 centímetros de su pie. Notó algo en una de sus patas. Se agachó y observó de cerca. Era un pequeño rollito de papel. Una paloma mensajera era. Rono sacó el papelito de la pata de la paloma, ya muerta, y lo desenrrolló Estaba escrito en Maramhés antiguo, un idioma que Rono ignoraba conocer. Al traducirlo al portugués, luego al alemán, después al chino, y por último al español, decía: "a las 09:54 te pasamos a buscar. Igual vos esperá hasta las diez, diez y cuarto. Y media como mucho, pero quedáte adonde estás".
- ¿Y adónde estoy es lo que digo yo? -preguntó Rono al pedazo de papel. No obtuvo respuesta, aunque la esperó convencido por varios minutos.
- A las 09:54. Ok. Me pasan a buscar... -y cayó presa del pánico- ¿Pero qué puta hora es ahora mecagoenlaputamadre?
Se fijó en el celular, que siempre dice el día y la hora en la pantalla, y no lo podía desbloquear ahora. Se cagó en todoelmundo, insultaba nombres que recordaba no sabía de donde... Cuando al rato se encendió la pantalla pudo ver los números de la hora cambiar de 09:53 a 09:54.
Y en ese mismo instante, en un universo paralelo, una rata mordisqueaba una semilla de sandía que no lograba sujetar firmemente, porque son muy resbalosas, sino, intentá levantar una del suelo con los dedos y después me contás...