20100628

Aventuras de Rono vol.2 [episodio 17]

17. RONO EN SUDÁFRICA II

Ante la insisitencia del profe, la selección argentina, "el equipo feliz", se encaminó hacia los vestuarios del Soccer City luego del partido con Mexico. Rono iba cantando "Vamo vamooo Argentinaaa..." Pero nadie se prendía. Y no por mala onda, al contrario, era un equipo feliz por haber derrotado con autoridad a los mexicanos, pero simplemente no sentían ganas de cantar. Eso habla también de un equipo auténtico, verdadero, sin falsas actitudes. Si no tenían ganas de cantar no cantaban y listo. Punto.

Ahora bien, en el Conference Room (Sala de Conferencias), se encontraban ya preparados todos para recibir a Maradona y hacerle preguntas. El asistente de la FIFA estaba a un costado... y Rono en el otro.

- Creo que fue un partido muy chivo -comenzó a hablar Rono-, pero... pero no nos vimos superados, no nos vimos superados, gracias a nuestras individualidades...

El asistente de la FIFA arrebató a Rono de los micrófonos y se lo llevó afuera. El Diego le tiró un vasito con agua, divertido, y levantó el pulgar hacia Rono con una sonrisa. "Andá, capo" le dijo Maradona a Rono.

A la salida de la Sala de Conferencias (Conference Room), Rono advirtió un grupo de jugadores reunidos alrededor del perro. Se acercó sigilosamente hacia el lugar y comprobó que estaban Palermo, Burdisso, Pastore y Messi acariciando al can con entusiasmo y distendidos. Pero cuando llegó al grupo se sorprendió al ver que el choco estaba dándoles indicaciones tácticas a los jugadores , que lo miraban admirados y con signos de aprobación en la mirada. El perro levantaba una pata trasera como para hacer pis pero en realidad le explicaba a burdisso cómo frenar a un alemán si le ganaba la espalda. Rono se enfureció tanto que se arrimó y le propinó una patada al animal. Una patadita suave para correrlo del medio. Los jugadores lo miraron arrobados. Palermo intentó calmar los nervios de Rono, pero fue inútil.

- Salídeacá laputaqueteparió!... dejálos tranquilos a los chicos que tienen que descansar -el perro agitaba la cola y miraba aRono con las patas delanteras estiradas-. Salí de acá! No podés estar acá vos...
- Dejálo, no nos molesta... -dijo Messi.
- Que no los molesta? Ja! Ya vas a ver lo que es tenerlo un tiempo a este perrodemierdamirá.
El perro se dirigió tranquilo hacia los jardines del predio, en medio de Johanesburger, Sudáfrica.
Rono intentó iniciar él mismo una conversación con los jugadores, entablar amistad, ya que estaba en la habitación con Diego Milito y éste había sido el único jugador con el cual había hablado algo. Así que se acercó a Messi primero.
- Che pulga yyy... qué tal laaa... con la pelota esaaa... ja! no? Es terrible laaaa... la jabalu-jaba-jabbalinulani... ah?...
Lionel Messi lo miró y lo esquivó como a cualquier defensor y desapareció.
- Martíiin! -le gritó Rono a Palermo. Pero éste ya se subía a un ascensor con los demás jugadores.
"Putamadre" pensó el pobre Rono, "le dan bola al perro y a mí me..."
En ese momento se le ocurrió una idea: los alemanes. Y la comenzó a ejecutar de inmediato.
Fue a buscar al perro afuera y se encaminó hacia la concentración alemana.
- Vos calláte la boca me escuchás? Laputaqueteparió. No te quiero oír ni un bostezo, dejáme hablar a mí...

A varios kilómetros de ahí, luego de un viaje en elefante, llegaron a la concentración alemana en un par de horas. Entraron al lujoso hotel y encararon a un empleado de la recepción.

- Der ich entraren? -preguntó el perro.
Rono le pegó una cachetada.


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