20100604

Aventuras de Rono vol.2 [episodio 16]

16. RONO EN SUDAFRICA I

Rono se despertó y se estiró. Se pegó en un nudillo contra la cabecera de la cama.

- Aylapuuuta.

Luego abrió las cortinas y se encontró con un día espléndido, radiante de sol, aunque algo frío, con probabilidades de precipitaciones por la noche. No le importó. Se masajeó el nudillo golpeado mientras examinaba la habitación donde estaba. No conocía ese lugar. Se atormentó inmediatamente.

- No. No me digas que... laputamadre... otra vez, otravezno...

Lo que Rono temía era real. Barbui lo había hecho viajar en el tiempo o por el mundo otra vez. Se dio cuenta de ello porque en vez del perro, a su lado en otra cama dormía una persona desconocida. Tímidamente pero con la convicción de quien asume ya sus penas y amarguras; se acercó a esa cama para inspeccionar de quién se trataba. Era un hombre por lo que pudo notar. De grandes proporciones por lo que pudo notar. Y se estaba despertando por lo que pudo notar. Retrocedió unos pasos. Se golpeó con una silla el talón derecho, "Aquiles" pensó, inexplicablemente. El hombre recién despierto resultó ser un muchacho de rasgos angulosos en el rostro y pelo negro que le caía sobre la frente.

- Hola -dijo el muchacho-. Vos debés ser Rono, no?
- Ronono, no. Me llamo Rono solamente. - El muchacho sonrió como si esperara una respuesta por el estilo de parte de Rono.- ¿Me podés decir adónde estoy, quién sos vos y demás cosas, por favor...?
- Diego.
- Ok, Diego. ¿Dónde estamos y qué sucede?
Diego lo miró impasible y le dijo:
- Estamos en un hotel, en Sudáfrica y lo que sucede es el mundial de fútbol. Estás con la selección Argentina, que dirige Maradona...
- ¡Diegooo...! -interrumpió Rono.
- ... sí, el Diego. Y yo soy otro Diego. Diego Milito.
- Ah...
- ¿Vas a entrenar con nosotros hoy? -inquirió Milito.
- No, no. Yo ya... ya estoy en...trenado. Estoy muy bien. Muy bien.-Dijo Rono sin pensar lo que decía. Estaba absorto mirando por la ventana salir del hotel a Lionel Messi, Maradona, Palermo, Mascherano, Garcé...
- ¿Garcé? - preguntó.
- Sí -le dijo Milito con una sonrisa. Lo convocaron. Es un capo el flaco. Bueno, yo me tengo que duchar y desayunar para entrenar. Vos hacé lo que quieras. Lo único, no toqués nada ni molestes a nadie, porque tu doctor Barbui ése me encargó varias cosas y te puso bajo mi responsabilidad, ok?
- ok, Gabi, tranquilo -dijo Rono.- Voy a desayunar y ver el entrenamiento...
- Diego -aclaró Milito.
- No, no lo voy a joder a Diego, debe estar muy ocupado...
- No, Diego me llamo yo. Mi hermano es Gabi.
- Ah, sí, sí... ya lo sé, por qué...
Milito se encogió de hombros y sonrió desapareciendo por la puerta del baño. Rono se quedó contemplando el paisaje y los jugadores por la ventana.
- Sudáfrica. Al fin me mandaron a un lugar lindo por una vez en la reputísim... -se interrumpió al observar algo extraño, fuera de lugar.
Entre los jugadores iba un saco lleno de pelotas de fútbol. El saco iba empujado por un hocico que Rono creía conocer...

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