20090809

Aventuras de Rono vol. 2 [episodio 15]

15. LAS SECUELAS

La resucitación de Rono no había sido nada fácil y por eso las secuelas que hemos notado en él en el episodio anterior nos cayeron de forma extraña. O de alguna forma nos cayeron. En fin. Que Rono no beba alcohol ni pueda hablar bien cuando se pone nervioso no debería importarle a nadie. Pero al pobre Rono sí. Y al perro también.

- Tomuá. - le ofreció el perro a Rono una taza de café, pero llena de Stella Artois.
El animal había estado tratando de engañar a Rono de diversas maneras para que éste recuperara su vieja condición. No le gustaba este Rono. Su amo no era así. No le había pegado una patadita siquiera en semanas; pero tampoco había recibido sus otras demostraciones de cariño. Le compraba cervezas y whisky y se los metía en la leche en una mamaderita antes de dormir, le daba sopa de vegetales con Jack Daniel's... Lo último que hizo fue cambiar el agua del termotanque por vodka, para que las duchas que Rono tomara también las tomara para volver a tomar.

- Uy un cafecito. Gracias. -dijo Rono al perro. Sorbió un pequeño trago. Sacó la lengua. Escupió al piso. Se sacudió, bufando, y levantando un pié. Luego miró al animal con los ojos rojos y entrecerrados. El choco movió la cola. - ¿Qué le pusiste?

- Ruon.

- muy bueno.

- Y Juack Duaniel's -añadió el perro.

- Ah, mezclaste.

- Un puoco, sí...

En ese momento la negrita entró y le recordó a Rono que tenía que ir a ver al doctor. Barbui lo había citado en un lugar secreto para darle el antídoto definitivo que terminaba con todo el proceso de resucitación espontánea al cual habían sometido a Rono cuando lo trajeron back de la muerte desde Montecarlo, 1994.

Rono se puso una campera y salió. Volvió en 21 segundos, asomó la cabeza por la puerta de la cocina y le preguntó a la negrita:

- ¿Adónde voy negra?

Ella dejó una revista y lo miró suave pero firme.

- Barbui. El antídoto -le dijo.

- Barbui el antídoto -repitió su marido. -Putamadre repito yo ahora...
Y se alejó caminando.

En media hora, cuando Rono regresó a su casa, sostuvo la siguiente conversación con su esposa:

- Hola mi negra.
- Hola. ¿Cómo fue?
- Perfecto - Rono sonrió complacido - Perfecto. Ya no hay ningún peligro y estoy completamente de vuelta.
- Ay... - La mujer se llevó una mano a la boca y bajó la vista, lagrimeante, emocionada. No habían tenido las cosas fáciles y era un desahogo para ella que finalmente Rono estuviera bien.
- Te quiero - Rono la abrazó y se miraron un rato largo los dos. El perro olfateó amor y quizo también un pedacito para él. Se les metió entre las piernas.
- Ninguna secuela mala nunca más - dijo la negrita, mirando a su marido con aire triunfante.
- Ninguna secuela mala nunca más - repitió Rono excitado.
- Nuncua más - el perro.

La entrepierna de Rono hizo un leve movimiento. La negrita lo advirtió y se apretó más a su amado Rono.
"Ahora está completo en serio" pensó la muchacha, ya liberando endorfinas.
"Espero que ni se le ocurra" pensó Rono.

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