20080328

Aventuras de Rono vol.2 [episodio 10]

10. ALASKA II

La voz provenía de una mujer. Estaba parada sobre un par de esquíes y parecía una diosa griega. Una diosa griega sobre un par de esquíes... bueh, sigamos. Era preciosa es lo que se quiere decir. Rono levantó una mano, saludándola, sin dejar de mirarla. "Quéricaestá laputamadre" pensó Rono. "La debe de haber mandado el doctor Barbuí a ésta, seguro".

Pero qué rica estaba, laputamadre.

La chica se acercó más a la barra, hasta que la punta de los esquíes tocaron la base al menos, y habló con el esquimal. Le pidió una cerveza. El esquimal sacó una Corona helada y se la entregó, con unos gajos de limón. Rono contemplaba la escena con ojos de dibujito animado.

- Pero cómo -dijo Rono-, ¿hay cerveza corona, y a mí me diste el magüattya ese de mierda?
- Para uté otro magüattya -dijo el esquimal- ¿No cevesa?

Rono se calentó. Pero para no dar una mala impresión delante de la chica, trató de hablar con tranquilidad.

- Dame una corona porfavor, mecagoendiós.

La muchacha rió y miró a Rono con actitud de iniciar una conversación. Parecía simpática.

- ¿Y qué tal el esquí? -pregunta Rono para romper el hielo.
- No sé, nunca hice esquí -le aclara la chica con una sonrisa, mientras bebía un trago de su cerveza directamente del pico de la botella.

Rono, contrariado, miró los piés de la mujer y notó algo extraño, pero no le dio más importancia.

- ¿Y cómo te llaman? Mi nombre es Rono -se presentó él solo.
- Ay me llaman todo el tiempo -se apuró a decir ella-. Todo el tiempo. Y encima me dejé el celu en el hotel porque se quedó sin batería. Es lindo el hotel pero... no tiene espejos en el techo, qué se yo. Aparte no hay nadie acá, viste. Es todo nieve y frío, mucho frío. Yo no sé cómo viven. Encima la comida me da gases, pero igual de vez en cuando me tomo una cerveza, porque no hay ninguna de las gaseosas light que yo tomo. Un embole...
- Ajá, sí -asintió Rono, que ya empezaba a cambiar de parecer con respecto a la mujer. "Justo me viene a tocar ésta ahora, una mezcla de Susanita con Paris Hilton. Laputaquemetiró también".

De repente una nave con propulsores hidroelásticos y cámaras de yute aterrizó a pocos metros de ellos. Algo verdaderamente... no sé, increíble. Rono se cagó muchísimo porque estas cosas le daban miedo, desde luego, pero la mina seguía parloteando como una catita... tailandesa. Una cata de Tailandia.
Ahora bien, de la nave descienden dos seres, uno parecido a los humanos y otro... también. Detrás de éstos venía, con el morro dirigido al piso, el perro de Rono. Rono se alegró, pero enseguida su humor cambió hacia el fastidio, sin ninguna razón en particular. El perro se le acercó, lo olfateó y echó una miradita a la chica, que seguía hablando como una telemarketer de compañía telefónica.

- ¿Adónde mierda estabas vos digo yo?
- Con elluos -señaló el perro con su pata delantera izquierda a los dos seres.
- ¿Y quiénes mierda son ellos? -preguntó Rono, que miraba a los extraños-. Hola cómo te va cómo andan -los saludó.
Los seres emitieron una vibración sonora, que por su puesto Rono interpreto como devolución a su espontáneo saludo. El perro subió el hocico a la oreja de Rono.
- Estuán calientues con vos -le susurró.
- Perolaputamadre ¿porqué?, si yo sólo los saludé... de cortesía.
- Cuortesía mi culuo. Nuo entienden elluos eso.
- ¡Pero porqué están enojados entonces! Andá a explicarles, decíles algo, te lo pido por favor, dále. Que lo único que me falta ahora, que me caguen a trompadas dos extraterrestres.
- Nuo nuo -negó el perro-. Nuo estúan enojados. Estuán calientes con vos, sexualmente digo.
Rono apretó el cuello de la botella de cerveza con tanta fuerza que los nudillos se le pusieron blancos. No reaccionaba.
- Y suon los dos machos eh... -agregó el perro.

2 comentarios:

  1. Yo me he atendido con el Doctor Barbuí.

    Cuando decía...
    -diga 33-

    Le salía...
    -diga 33 orientales-

    Esa mecánica ,solo lograda por él, permitía una apreciación más profunda de la realidad del paciente,permitía una rápida evaluación de las patologías ,y,lo más importante,sumía al mismo en una estado de extrañeza y perplejidad,que hacía inútil alguna forma de anestesia.

    Asi púes,el ahorro en electricidad era considerable ,por esa razón podía mandarse a Italia,donde se refrescaba las patas a orillas del Adríatico.

    Es todo lo que puedo decirle Teniente Carter,no recuerdo nada más.

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  2. 20 de septiembre
    Campaña del libro libre.
    Difundilo con tus amiguietes!

    Saludos.

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